Amalia Capiel

 

El camino de la celiaquía me abrió las puertas a una nueva forma de Ser y Vivir en mi cocina. Hoy estoy lista para acompañarte, de forma práctica y sencilla, a crear tu mejor versión en cada receta. Estos talleres te acercarán al disfrute. Te convido lo mejor de mi.

El 24 de Enero del 2005 fue uno de los días más lindos de mi vida. Nació Juan Francisco (Tato), mi primer hijo. Fue muy deseado y buscado. Desde el primer momento que sabía que estaba embarazada me enamore perdidamente y sabía que mi vida era de él. Iba hacer hasta lo imposible por el bien de mi hijo. El embarazo fue difícil, me sentía bien, pero tuve varias perdidas, dos meses en cama, tuve que dejar de comer lácteos porque producía en mí una enfermedad que hacía que la placenta envejezca antes de tiempo. Tenía miedo. Hice todo lo que me dijo el médico y rezaba para que mi hijo creciera. Nació. En parte me sentí aliviada porque mi cuerpo no lo podía cuidarlo como yo quería. Mi cuerpo no respondía en la forma óptima. A los dos meses de vida de Tato, me llamo mi mama y me dice que los analisis de mi hermano y la biopsia le dio positivo, era celíaco. Sentí una ola de frio en mi cuerpo, que me dejo inmóvil. En el fondo de mi corazón sabía que yo podría ser celíaca. Y así fue. Dos meses más tarde tuve otra noticia que me completo como mujer, madre, esposa, simplemente feliz. Estaba embarazada de mi segundo hijo, Ramiro. Me sentí plena, completa, agradecida a Dios por darme dos hijos. El segundo embarazo fue completamente diferente al primero. Me sentía bien, no tuve perdidas, no estuve en cama. Ramiro creció y nació. Con este relato les quiero mostrar como con un alimento que no es saludable para mi organismo me puede lastimar. Sin tener conocimiento de lo que el gluten producía en mi, trataba de sobrellevar la situación. Es una simple muestra de como el cuerpo hace un esfuerzo para estar bien mientras le incorporamos alimentos que nos hacen mal.

¿Cómo surge este nuevo emprendimiento? Me entere que era celiaca cuando tenía 30 años. En un principio me costo asumir o adaptarme a la enfermedad ya que tenia que cambiar hábitos. Me descubrieron la enfermedad cuando mi primer hijo tenia 2 meses. Trabajaba muchas horas, no había muchas cosas para comer, no vivía cerca de ninguna dietética, en el supermercado que estaba cerca de mi casa no había galletitas sin gluten. De a poco me fui adaptando y tratando de aprender recetas y tratando de encontrarle un sentido a todo esto. Decidí cocinar y vender productos para celíacos y me fue muy bien. Después de 13 años por distintas situaciones de la vida necesite un cambio, pero tenía la necesidad de trasmitir todos los conocimientos y experiencias. Por esa razón surge este nuevo proyecto, donde podrán encontrar nuevas recetas fáciles, práticas, donde podrán aprender a sustituir distintos ingredientes. Todo eso va a simplificar su día a día.